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Guía terrorífica de Barcelona: vampiros, hechizos y maldiciones en el Casc Antic

  • hace 9 años

Vampiros, hechizos, maldiciones… No, no se trata de la última novela de Stephen King sino los protagonistas de esta guía terrorífica de Barcelona. Porque lo que os vamos a contar a continuación, sucedió en el Casco Antiguo de la Ciudad Conda. Sí, en nuestros maravillosos y enigmáticos barrios del Borne, el Raval y el Gótico. Pero, tranquilos, aunque no son leyendas ni cuentos de la abuela, lo que os vamos a narrar sucedió hace mucho y da a esta zona, aún más si cabe, un ambiente apasionante que os invitamos a conocer y a vivir a fondo… ¿Buscáis piso? Pues habéis llegado al lugar ideal para alquilar, comprar… ¡Manifiéstate Casc Antic!

Ya conocéis a Enriqueta

Castillo de Vlad el Empalador
El Castillo de Vald el Empalador.

¿Qué hay de cierto en las leyendas sobre vampiros? ¿Por qué atraen tanto? Los orígenes de los vampiros, zombis, hombres lobo y demás criaturas en el mundo no están claros. No obstante, hay quienes cuentan que estas criaturas habitaron Cataluña y, especialmente, Barcelona. Hay quien cuenta que Vlad El empalador y Elizabet Báthory, que inspiraron a Bram Stoker, no fueron los únicos que sembraron el terror. Dicen que el conde Estruch, considerado el vampiro catalán, puso en jaque al mismísimo rey Alfonso II de Aragón. El monarca envió al noble catalá, ya anciano y conocido como Guifred, hasta el castillo de Llers, en el Alto Ampurdán, donde murió asesinado en 1173. Narra la historia que, al llevar una vida poco cristiana, el conde se convirtió tras morir en un ser endemoniado que chupaba la sangre de los lugareños y dejaba embarazadas a jóvenes que daban a luz a entes monstruosos que morirían recién nacidos.

Es verdad que este primer vampiro catalán actuó lejos de las fronteras de nuestro querido casco antiguo, pero su leyenda fue recordada mil veces tras la detención de la famosísima, y no menos malvada Enriqueta Martí, vampira del Raval. En el número 29 de la que es hoy calle Joaquín Costa –antes llamada De Ponent- vivió la más terrible asesina de niños y niñas de toda España. Enriqueta Martí despertó el pánico en las familias barcelonesas a inicios del siglo pasado, ya que se dedicó a secuestrar y a asesinar a pequeños. A muchos los vendió, a otros los obligó a prostituirse. Algunos corrieron incluso peor suerte: fabricó cremas y ungüentos con sus restos, que vendía y utilizaba para sus ‘trabajos’ como supuesta sanadora. Se trata de una las leyendas negras más horribles y macabras de Barcelona, que aún sobrevuela por las calles del barrio del Raval.

Cuentan que la temible Enriqueta llevaba una doble vida. Durante el día mendigaba y pedía en casas de caridad, conventos y parroquias, vistiendo harapos. Por la noche, se ponía sus mejores galas, sombreros y pelucas para ejercer como prostituta en los alrededores del Teatre del Liceu y el Casino de la Arrabassada. En 1909 fue detenida. En el momento del arresto se encontraron en su piso del barrio del Raval, en aquel número 29 -y en otros pisos de Barcelona donde había vivido- , los huesos de una docena de niños. Con su detención, se despejó por fin, el misterio que rondó durante años por esta calle del Raval sobre la desaparición de niños y bebés.

Hechizos de prestigio

Carrer del Carme en Barcelona
Carrer del Carme en Barcelona.

¿Sabéis que en el Casco Antiguo se instaló una de las tiendas de hechizos más famosas de Barcelona? En la confluencia de calle Picalquers con la calle del Carme existió, a principios del siglo XX, una de las tiendas de hechizos más afamadas, ya que entre su clientela figuraban no sólo brujos y adivinos, si no también médicos y farmacéuticos. La tienda estaba especializada en excrementos de animales, muy utilizados en la elaboración de remedios y pociones. La caca de gato era muy apreciada. También tenían un buen surtido de huesos de condenados y grasa de manos amputadas que servía para elaborar ungüentos mágicos que curaban la tisis y otras enfermedades terminales. Además, fabricaban velas que tenían poderes para descubrir tesoros ocultos. Dicen que mientras estaban encendidas, producían un extraño sopor a los que estaban cerca.

El teatro maldito

Teatro del Liceu
Teatro del Liceu.

Hay quien cuenta en Barcelona, que el famoso Liceo es un edificio maldito. Dicen que era allí, donde se llevaban a término las ejecuciones durante la Edad Media. Antes de ser teatro, el Liceo de Barcelona fue un convento trinitario, y cuando los franceses derrumbaron el edificio, a principio del siglo XIX, encontraron gran cantidad de monjes emparedados. Cuando se compró el solar para edificar el Liceo, se decía que el lugar estaba maldito: había sido, desde el siglo XVI, un convento de monjas trinitarias descalzas que se dedicaban a curar almas en pena. Dos de los episodios más conocidos de la historia del Liceo son, sin duda, el incendio de 1861 y el atentado de 1893, pero poca gente sabe que estas dos tragedias coinciden con las dos primeras profecías de las tres que se hicieron sobre el Liceo cuando todavía era el convento de los Trinitarios.

La construcción del nuevo Liceo finalizó el año 1847. Tuvo una época de esplendor, aunque por desgracia duró poco. Catorce años después, en 1861, se incendió. Los barceloneses decían que el lugar estaba maldito, que estaría maldito siempre. Los rumores decían que se trataba de un castigo divino por haber convertido el convento en un teatro. Tras un año de reconstrucción, el Liceo volvió a abrir sus puertas en 1862 y continuó con su existencia hasta que, 32 años después, se cumplió la segunda profecía. El 7 de octubre de 1893, un anarquista, Paulino Pallás, arrojaba una bomba en un acto terrorista y hería al capitán general Martínez Campos. Un mes después, otro anarquista, Santiago Salvador, lanzaba dos bombas durante la representación de la ópera Guillermo Tell. Murieron 20 personas. Pero en el siglo XX, cuando la maldición parecía haberse dormido el Liceo volvió a quemarse. Fue en 1994.

¿Leyendas? ¿Misterios? ¿Rumores? Nadie sabe con certeza calcular la historia que guardan las paredes y calles de los barrios más antiguos de la Ciudad Condal. El Casc Antic de Barcelona es una caja de sorpresas, si quieres vivirlas en primera persona, sólo tienes que conocernos: www.cascanticbcn.com

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